Te has quedado dormido...

Paseando por el cementerio...en el jardín de los niños.
Borrosos vestigios de pequeñas tumbas que el tiempo ha dejado.
...Abandonadas...
quizá ellos se han ido, y sus padres lo saben,
...o quizá les hayan olvidado.

Ahora regresas,
has salido de allí por la puerta de atrás
a través de un campo de otoño enjoyado de rejas.

...Ya estás aquí ,
utiliza la puerta si quieres...
vete abriendo los ojos y acompáñame a la ventana. Porque está amaneciendo.

Has vuelto a quedarte dormido...
“es posible, pero estoy aquí contigo. Acuéstate a mi lado y cierra los ojos
...porque ya ha amanecido.”

Languidece tu cuerpo girando en espiral...
Una caravana avanza entre dunas, bajo el abrasador sol de la mañana.
Con sus rostros cubiertos...van buscando en la arena la flor del desierto.
Vestidos de negro...orgullosos jinetes guiados por su padre, “El Señor del desierto”.
Brilla en sus ojos la llama sagrada....
Su piel curtida por los espíritus salvajes de este lugar inmenso.
...Entra en ellos y escucha en sus oídos el susurro del viento.